jueves, 16 de octubre de 2014

Magnavox Odyssey La Primera Consola


Que pensaríais si os digo que la primera consola del mundo tiene en común la primera guerra mundial, los Nazis y el juego electrónico Simón. Pensaríais que estoy loco, pero no es así, ya que lo que tienen en común es la vida y obra de Ralph H. Baer.
Para empezar a hablar de la primera consola del mundo tenemos que remontarnos hasta Septiembre de 1938, cuando la familia de Ralph H. Baer de nacionalidad Alemana y judía, escapan a los Estados Unidos por la inestabilidad del país. En EEUU Ralph H. Baer muestra gran interés por las radios, y empieza a reparar estas a los vecinos de su entorno. Más tarde estudia para técnico de radios y se gradúa como técnico de servicio en 1940.Tres años más tarde es reclutado durante el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, para ser destinado al cuartel de la inteligencia aliada en Londres, para interceptar comunicaciones de radios alemanas. Tras el final de la guerra Ralph vuelve a EEUU y se gradúa en Ingeniería de Televisión en 1949, licenciatura única en su momento, abriéndole así las puertas de la compañía Sanders Associates, que fue la principal proveedora del gobierno de los EEUU de circuitos impresos para dispositivos militares y espaciales. Durante la mitad de los años sesenta, Ralph crea varios prototipos de juegos electrónicos que se encuentran integrados en una televisión, pero son rechazados por sus jefes ya que no ven interés en semejante dispositivo. En 1968 mejora la idea y crea un dispositivo externo con capacidad de conectarse a una televisión el cual presenta dos mandos para el manejo de dicho aparato, fabricada totalmente en madera, Ralph la denomina “my brown box”. En 1971 presenta este aparato a sus jefes, pero por segunda vez la idea es rechazada, pero no así por uno de los socios de Sanders Associates, que decide invertir en la idea y a través de una de las filiales de Sanders Associates, en concreto Magnabox,compra la patente de este dispositivo. Ralph tuvo que esperar un año a la aprobación del gobierno de los EEUU para producir esta consola, ya que tuvieron que determinar que este dispositivo no sería una amenaza para la seguridad nacional, ni convertido en un arma por los enemigos de EEUU. Por fin en 1972 la consola se empieza a vender, y curiosamente mantiene la forma original que Ralph le había dado, pero escapando de la madera como principal material. En su interior prácticamente se conserva el diseño original, el cual no lleva ni CPU, ni memoria RAM, ni chip de sonido, etc. Si no un diseño basado en transistores, diodos y circuitos impresos, por este motivo la consola no tiene sonido, ni registra los record de los jugadores, ni controla al segundo jugador, etc.
El concepto principal de esta máquina era más de un juego electrónico de mesa que de una consola propiamente dicha. Pero la manera de salvar estas limitaciones fue la de proporcionar unos tapetes de plástico con cada juego que se colocaban en la televisión a modo de escenario, y gracias a un libro de instrucciones que explicaba las reglas de cada juego  y una libreta para apuntar los records, los jugadores podían echar sus partidas, siempre y cuando no hicieran trampas, como ya he comentado, al más puro estilo de los juegos de mesa.
Otro detalle que nos demuestra que esta consola fue concebida como juego de mesa es que no lleva ningún tipo de enchufe, es más se alimentaba a base de baterías recargables. Uno de los detalles más significativos, y que sería copiado más tarde por grandes compañías de los videojuegos, fue la posibilidad de intercambiar cartuchos con juegos, que no eran más que circuitos impresos con puentes entre los pines que interconectan lógicas diferentes y que generaban señales para producir los juego. Esta consola aparte de juegos, también tuvo un periférico bastante novedoso, la primera pistola de luz, que no fue una pistola si no un rifle que se vendería con un juego que se llamaría galería de tiro. Toda una revolución para los años 70.
Esta consola tuvo unas ventas bastante buenas para la época, unas 100.000 unidades que salieron a un precio de 100$, un precio razonable para los EEUU, pero prohibitivo en una Europa destruida por la guerra.
Ralph H. Baer aparte de ser considerado el padre de los videojuegos también fue el inventor del juego electrónico Simón, famosísimo entre el final de los años 70 y principios de los 80. Y que a día de hoy se sigue comercializando.
La industria del ocio digital le debe mucho a este hombre, ya que sentó las bases de lo que más tarde se conocería como consola de videojuegos y que Atari en EEUU llevaría a lo más alto, pero también a lo más bajo con la crisis de los 80, pero eso es otra historia.


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